¿Alguna vez os habéis preguntado en qué momento despega el proceso creativo?
¿En qué contexto subjetivo tenemos más flujo creativo? La luz, la hora del día, el entorno, el sonido… cualquier mecanismo que pueda influir para activarlo y perder cualquier vínculo con el tic tac del tiempo.
El fluir o los estados de flujo en la creatividad son para Mihaly Csikszentmihaly el planteamiento idóneo para tratar la creatividad no sólo como un proceso mental sino como un fenómeno social y cultural, además de psicológico.
Pero, ¿dónde está la creatividad? La palabra clave para Csikszentmihaly es interacción. La creatividad no surge dentro nuestras cabezas, sino de la interacción entre el pensamiento y el contexto sociocultural en el que nos encontremos.
Es el resultado de:
cultura+ pensamiento+ reconocimiento experto= creatividad.
Dominio+ individuo+ ámbito= creatividad
Los tres sistemas que interactúan los denomina dominio, ámbito e individuo. El dominio es la referencia o patrón existente aprendido y cuando cambiamos ese patrón surge la acción creativa. El ámbito es el grupo u organización social experta (“guardianes”) que reconoce e incluye el cambio en el dominio. Mientras no sea validado hablaremos de originalidad y no de creatividad. Y por último, el individuo: para que la creatividad tenga lugar, además del dominio y el ámbito, debe existir un poder de adaptación en la personalidad de cada uno.
Csikszentmihalyi nos propone tres pautas a seguir:
- Antes de que una persona pueda realizar una variación creativa, debe tener acceso al dominio y debe desear aprender sus reglas.
- Son de gran importancia los factores individuales que contribuyen al proceso creativo.
- Un aspecto esencial de la creatividad personal se corresponde con la capacidad de convencer al ámbito de las virtudes de la novedad producida por uno.
Así que la creatividad para Csikszentmihaly es cualquier acto, idea o producto que cambia o transforma un dominio existente en uno nuevo, siempre y cuando sea validado por el ámbito responsable de él.
Desde ARCA pensamos que para desarrollar la creatividad en nuestros programas es necesario establecer como principios el partir de las referencias y de “lo aprendido” por cada participante así como pensar en los poderes de adaptación que surgen en los ámbitos de cada proyecto anual. Por ejemplo, la alta/baja tolerancia a la frustración en aquellos retos difíciles de ejecutar. Ahora nos queda reflexionar sobre otras cuestiones que surgen desde el concepto de creatividad de Csikszentmihaly: ¿existe vínculo entre el flujo/acción/proceso creativo y la felicidad?
Fuentes: