Uclés 2017: Monasterio legendario

Comenzamos el tercer trimestre y dejamos atrás el curso de Uclés que con tanto trabajo e ilusión hemos preparado para esta edición. Como todos los años, nos volcamos en encontrar los mejores profesores para el proyecto que queríamos desarrollar sobre Mitología. Para empezar, necesitábamos un título enigmático que además incluyera a nuestro ya conocidísimo “Monasterio”; qué mejor propuesta que la que la profesora de Mitología sugirió, “Monasterio legendario”, lleno de mitos, leyendas, símbolos, historia, personajes… ¡Adjudicado!

Las plazas del curso volaron y nos llevamos 64 participantes de toda España para los 4 grupos de 16 alumnos que trabajaron en las clases de Historia del Arte, Mitología, Teatro, Astronomía, Epigrafía, Cine, Matemáticas, Simbología, Cómic y Música. Si ya era atractivo cuando desvelamos el programa, cuando lo vivieron no defraudamos y aprendieron mucho.  Los profesores venían con una magia y un interés por estar al nivel, que supieron transmitir y los participantes respondieron.

Los monitores (Luis Mi, Cristina, Marta, Antonio, Alberto y Daniel) por su parte, atentos y entregados para que nada fallara. El curso tenía que ser al menos tan bueno como hasta ahora, pero parece que según nos contáis las familias, incluso podría haber sido una quinta edición muy completa, y eso es lo que deseamos: Que haya sido una oportunidad bien aprovechada para conocer otros niños y niñas, chicos y chicas con los mismos intereses y con ganas de aprender y disfrutar.

La salida a Segóbriga supuso un cierre fundamental para el proyecto,  en la visita guiada recorriendo sus ruinas descubrimos cómo se desarrollaba la vida cotidiana hace decenas de siglos y cuál fue la importancia económica de la ciudad.

Del Monasterio de Uclés, queda decir que la hora de dormir, ducharse, desayunar, comer, merendar y cenar, forma parte de la convivencia y estamos hechos a las habitaciones y a ese refectorio con techo labrado en madera, pero es toda una maravilla encontrarse en ese entorno para realizar un viaje por la historia.

También nos gustaría agradecer desde aquí al Ayuntamiento de Uclés, su rápida gestión del alumbrado la noche del domingo cuando teníamos prevista la observación nocturna. La agrupación de astronomía de la universidad Autónoma de Madrid, había preparado todo el despliegue de telescopios enfocados a distintos puntos del cielo para observar estrellas y planetas. Durante la observación astronómica los asistentes escucharían historias mitológicas del cosmos y cuando nos disponíamos a comenzar la observación, a las 22:00 horas, de forma automática se iluminó todo el monasterio y ayudado por la luna, la observación no iba a ser posible…En seguida solicitamos que lo apagaran por nosotros, y el alcalde no lo dudó para que todo saliera como esperábamos, así que desde aquí agradecer a Don José Luis Serrano Bermejo y a Doña Ana Gálvez , colaborar con nosotros para seguir adelante con nuestro curso y disfrutar de ese cielo estrellado.

Uclés (Cuenca), 10-07-02.- Imagen del Monasterio de Uclés (Cuenca) con la nueva iluminación artística exterior.

Ya estamos pensando en el curso que viene, qué trabajar, con quién y cómo.  Incluso si llevarnos más alumnos y llegar a los 80 para no dejar a nadie fuera. Una posibilidad es tener un proyecto específico para los alumnos de 6 y 7 años y llevar otro proyecto para las edades de 8 a 9, 10 a 11, 12 a 14 y 15 a 17.

Queda mucho por diseñar, lo que tenemos claro es repetir y seguir cumpliendo expectativas.

El arte, un laboratorio de aprendizajes.

“Todo el mundo quiere entender el arte. ¿Por qué no prueban a entender el canto de un pájaro? ¿Por qué amamos la noche, las flores, todo lo que nos rodea sin probar a entenderlo?” Pablo Ruiz Picasso.

 

¿Qué es el arte? ¿Lo que dicen los críticos y entendidos en la materia, o lo que considera cada persona en función de sus gustos? ¿Qué sensaciones me produce la contemplación de una obra de arte? ¿Nos puede ayudar el arte a ser más creativos? ¿Y más imaginativos? Y ¿Nos puede ayudar en nuestro aprendizaje social?

 

¿Qué hace que una obra despierte nuestro interés? El interés puede ir ligado a diferentes sensaciones experimentadas, desde las positivas, hasta las negativas. Por este motivo, se hace necesario trabajar con el arte como instrumento para abordar otros procesos.

 

Cuando nos ponemos delante de la obra ¿qué ponemos en marcha dentro de nuestro interior para intentar entenderla? No podemos llamar la atención solamente sobre lo visual, porque estaríamos siendo sectarios en este sentido. Debemos educar todos nuestros sentidos, incluso aquellos mecanismos personales que despiertan nuestra imaginación, nuestro juicio crítico, nuestro pensamiento. La obra de arte es una creación abierta, con significados múltiples y en continua discusión.

 

Discutir, debatir sobre la vida, partiendo del arte; éste, como medio de expresión que puede ser, nos ayuda a comunicarnos, a preguntarnos sobre lo que nos rodea, a percibir la realidad a través de otros caminos…

 

Teniendo presente el arte como mecanismo expresivo, se nos presenta como un recurso ideal para trabajar con niños y niñas. Además, podemos añadir, la imperiosa necesidad de educar a los más pequeños en la comprensión, juicio y creación de imaginarios.

 

La capacidad generadora de historias, de situaciones, de preguntas… la poseen los niños y, con el tiempo, si no es fomentada, si no es valorada correctamente como constructora de conocimiento dará como resultado, un adulto que se conforma con decir que no entiende el arte. Esta forma de aprender está ligada con el pensamiento divergente, que viene a ser aquella forma de pensar, reflexionar, que da cabida a juicios ilógicos o marginales, a interrogaciones “ciertamente curiosas”, para buscar soluciones diferentes… y, por extensión, el campo donde emerge la creatividad. En la creatividad todo es posible, no existe ni el bien hecho, ni el mal hecho. Sólo el ¡inténtalo! ¡Tú puedes!

 

El arte nos aporta la capacidad de experimentar, como si de un laboratorio se tratara. Nos brinda la posibilidad de dejar a un lado, por unos minutos, el pensamiento lógico, y divagar, construir desde la posibilidad, de jugar con los materiales y las ideas, de soltarnos la “melena”, de imaginar…

 

El “pensamiento mágico”[1] que posee un niño, y que no deberíamos perder nunca, es una herramienta complementaria para el desarrollo cognitivo. Consiste en imaginar que las ideas, las palabras o los deseos pueden tener efectos físicos directos sobre los objetos inanimados. Algo que se podría revitalizar en los sistemas educativo y social, si éstos pusieran más interés en el fomento de la educación artística, sensorial y emocional. Ese pensamiento mágico, muy presente en los más pequeños (creer que los muñecos pueden hablar o que nuestros jugotes emiten sonidos reales, por ejemplo) lo han perdido los mayores por la asunción de la realidad cotidiana en la que nos vemos inmersos ¿por qué cada vez más, en el mundo empresarial, se intentan aplicar procesos creativos para la resolución de problemas, en el trabajo en equipo, en la fortaleza de los profesionales? Porque se ha demostrado que hay muchas herramientas propias del pensamiento lateral y/o creativo que son buenas para generar procesos enriquecedores.

 

Libertad de creación, una pizca de locura, preguntas con multirespuestas, capacidad de sentir de muchas formas, negación de la perfección, diálogo abierto… estas y otras prerrogativas son las que se intentan establecer en el Laboratorio de arte e imaginación que llevamos a cabo con los niños y niñas de ARCA, Asociación para la Reflexión y Desarrollo de la Creatividad y las Altas Capacidades. No hablamos de ARTE con mayúsculas, desde perspectivas sólo técnicas y conceptuales. Nuestro laboratorio, se erige como un espacio de introducción al arte a los más pequeños, a través de la diferentes dinámicas y actividades prácticas (y algunas teóricas, claro está) que nos ayudan a comprender un poquito más las diferentes manifestaciones artísticas. Damos pinceladas para atraer a los niños, provocarles y sacar de ellos todo lo bueno que tienen.

 

Hablamos de educación artística, que es intentar que las personas, en este caso, el público infantil, experimente, dialogue, se comunique, se interrogue e interrogue a las imágenes de piezas artísticas (de todos los períodos históricos, sea de la manifestación creativa que sea) y sea capaz, tal vez, no dentro de cada sesión, pero si a posteriori, de construir conocimientos más amplios que le ayuden en su desarrollo personal y social. Además, nuestros niños con altas capacidades, creativos por naturaleza, tienen una llave dentro de sí, para abrir la puerta de un mundo lleno de posibilidades.

 

Como Howard Read[2], teórico fundamental de la educación artística, decía, el arte debería ser la base de la educación, ya que éste abarca no sólo la expresión plástica, sino también la verbal, no verbal e incluso, la corporal y musical. Para él, las imágenes son tan importantes como la palabra, en la construcción del pensamiento y, por ello, es absolutamente necesario “alfabetizar” artísticamente a los niños. A lo que yo sumaría, la “educación sensorial y emocional”. El arte posee una carga emotiva, sentimental, informativa, comunicativa que nos llega a través de todos los sentidos, y nos ayuda, poco a poco, a construir nuestra percepción y consideración del mundo que nos rodea.

 

Una de las finalidades de la educación, y nuestra como educadores, es ayudar al niño, a la persona, en el proceso de aprendizaje del mundo, desde todos los puntos de vista posibles. Algo que intentamos desarrollar en cada taller de nuestro Laboratorio.

 


[1] El pensamiento mágico aumenta la creatividad de los niños, es un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Lancaster (Reino Unido): http://www.tendecias21.net/El-pensamiento-magico-aumenta-la-creatividad-de-los-ninos_a5425.html?TOKEN_RETURN

 

[2] Read, H. (2003). Educación por el arte. Barcelona: Paidós.