El sol y el buen tiempo nos han vuelto a dar los buenos días en Uclés. Después de una ducha y un buen desayuno, nos hemos puesto manos a la obra.

Por la mañana, el grupo de los peques ha empezado la sesión de ciencia con Guillermo. La ciencia y los cinco sentidos, éste ha sido el tema. Hoy hemos trabajado con láser, para demostrar que el oído se puede ver; con ácido cítrico, bicarbonato sódico y esencias aromáticas, hemos desarrollado nuestro olfato para fabricar sales de baño; y hielo, agua y sal para fabricar helado, y experimentar con el grandioso poder del gusto.

Mientras tanto, los mayores se han relajado con música para atravesar la puerta de los sueños. El objetivo: transcribirlos al papel para escribir una carta. Antes de salir a la calle para compartirla con los vecinos, hemos conocido cómo se comporta un buen reportero, porque también queríamos entrevistarles. Con vídeos y posteriores debates hemos conocido las técnicas de entrevista profesional y de buen comportamiento periodístico.

Después, hemos paseado por el pueblo y entrevistado con grabadoras y auriculares a los ucleseños y ucleseñas, sobre sus sueños. Todos nos han concedido entrevista y nos han felicitado por nuestros buenos modales. Más de uno ha predicho que de aquí saldrán grandes periodistas…

¡Y a comer! Ensaladilla rusa y ternera. De postre: natillas con galleta María.

Por la tarde hemos rotado. Los mayores, a ciencias; y los pequeños, a reporterismo. Los experimentos han salido de fábula, tanto como las entrevistas por Uclés. Muchos niños del pueblo se han acercado a nosotros para conocer qué hacíamos y por qué preguntábamos por los sueños.

Los cocineros del Monasterio nos han preparado para la cena judías verdes con tomate, calamares y palitos de pescado y, de postre, plátano. Después de la cena hemos tenido tiempo para sentarnos en el patio, alrededor de la fuente, y hablar de lo que hemos hecho durante el día. Muchos hemos participado a la hora de dar nuestra opinión, se nota que tenemos confianza unos con otros.

Con la luna ya en lo alto, nos hemos ido a los cuartos, a ponernos el pijama y hablar un poco, hasta que los sueños nos han alcanzado.