Desmontando mitos sobre las altas capacidades

 

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Alrededor de 300.000 niños  en España tienen altas capacidades. El 70% tienen bajo rendimiento académico, y  entre el 35% y el 50%, sufre fracaso escolar.

A estas alturas todavía existen mitos sobre las AACC. Se espera de estos alumnos que tengan una competencia intelectual general que les haga sobresalir en todas las áreas del curriculum.

La realidad es bien distinta, no tienen por qué dominar todas las áreas, de hecho tiende  a estar definida en un campo específico. No son “perfectos”, ni lo hacen todo bien. Los profesores a veces suponen que los alumnos de altas capacidades no suspenden nunca y que por tanto, “está mal diagnosticado”,  o puede que lo haya sido  pero “ya no lo es”.

Debemos atenderles en la medida de lo posible y no mantener el estereotipo de niños que tienen habilidades excepcionales en todas las áreas de la vida. Tienden a aburrirse en clase por el estilo de las propuestas, lo que conlleva a la desmotivación y a veces, a conductas disruptivas en detrimento del rendimiento académico y de las relaciones con el profesor. Necesitan experiencias educativas diferentes y más flexibles.

Muchos profesores no tienen problemas para adaptar sus programaciones a los alumnos con dificultades de aprendizaje, pero sí son reticentes a adaptarla para aquellos que destacan. Debemos ofrecer una educación que les permita desarrollar sus habilidades mentales  planteando procesos de enseñanza-aprendizaje que den respuesta a sus posibilidades y capacidades.

Faltan recursos de información y formación para los profesionales que han de trabajar con estos alumnos. Como propone C. Genovard,  un profesor abierto a ideas y experiencias nuevas, amplía el horizonte de los intereses de los alumnos con los que está. Partiendo de esta actitud, en el aula donde todos se sienten partícipes, la diversidad individual puede servir de ayuda y estímulo mutuo.

Por otra parte, las actividades pueden resultar más enriquecedoras cuantos más recursos utilicen los alumnos para realizarlas, por eso se debe animar a que aumenten la información con experiencias personales, materiales complementarios (juegos, talleres, audiovisual y multimedia), investigaciones y proyectos (organización del trabajo, recursos, definición de tareas, presentación del resultado), adaptación de los temas a los intereses de los alumnos, conexiones, banco de ideas, pensamiento crítico, distintos tipos de agrupamiento…de esta manera estaremos enriqueciendo el currículum ordinario.